jueves, 2 de abril de 2020

El puente del río Sió

El puente del río Sió, recién construído (1924). Foto: archivo Antoni Nebot.

Queridos lectores,

Continuando con el primer módulo de ampliación de la maqueta, voy a describir mi primer intento de recrear un paisaje en escala N. Se trata del río Sió, afluente del Segre, que el Transpirenaico del Noguera Pallaresa cruza en su P.K. 27/255, mediante un puente metálico con vigas en cruz de San Andrés, de una longitud total de 21,62 m.


Es un puente pequeño, 135 mm a escala N, pero más vale empezar con algo asequible. En cualquier caso, en esta maqueta no caben grandes obras de fábrica. La Imagen 1 muestra el plano de la zona del río en el conjunto modular; a la derecha aparecen las casas de la calle Urgell, descritas en la entrada del paso a nivel, que sirven de separación escénica. Aquí he realizado una compresión selectiva brutal: ¡¡¡ 900 m en 20 cm !!!

Imagen 1.- Plano de la zona del puente del río Sió.

Durante unos días traté de diseñar el puente con la aplicación CAD, pero ante la falta de referencias a los detalles decidí ponerme en contacto con Modelos Velasco, especialistas en la reproducción de puentes e instalaciones ferroviarias auxliares mediante la técnica de impresión 3D.

A los pocos días, recibí los planos acotados (Imagen 2) y una vista en perspectiva (Imagen 3), para mi aprobación, y realicé el pedido en firme.

Imagen 2.- Planos acotados del puente en escala N.
Imagen 3.- Vista en perspectiva del modelizado del puente.

Finalmente, tras otro período de espera, llegó el puente en despiece, como lo había solicitado, e inmediatamente inicié el montaje, con la ayuda de las detalladas y claras instrucciones que me facilitaron.

Montaje del puente


Las piezas están impresas en PLA, y se unen mediante pegamento de contacto (cianocrilato). Una vez separadas y revisadas las piezas, hay que dar un ligero lijado para eliminar las ocasionales rebabas que se producen con el desplazamiento del cabezal de impresión.

El primer paso consiste en pegar dos a dos las "medias vigas", para formar las dos vigas laterales en cruz de San Andrés (Imagen 4).

Imagen 4..- Una viga lateral.

Como usé cianocrilato en gel, que tarda un par de minutos en endurecerse totalmente, el siguiente paso, la colocación de los soportes transversales (Imagen 5), fue un poco penoso. Las piezas encajan perfectamente en las acanaladuras, pero mantenerlas perfectamente perpendiculares, "a ojo" y durante un par de minutos, es casi misión imposible. Es importante que las piezas queden correctamente montadas, para evitar tensiones al montar la otra viga.

NOTA: Si tuviese que volver a montar este puente (o cualquier otro), lo primero que haría sería fabricar unas plantillas de cartulina.

Imagen 5.- Colocación de los soportes transversales.

Venciendo la impaciencia, esperé al día siguiente (para asegurarme de que el cianocrilato estaba perfectamente curado) para montar la otra viga (Imagen 6).

Imagen 6.- Colocación de la segunda viga.

Después se montan las vigas longitudinales y transversales de soporte de la vía (que están impresas en una sola pieza) sobre los soportes transversales (Imagen 7).

Imagen 7.- El tramo metálico, casi totalmente montado.

Del siguiente paso, el montaje de las pasarelas y los arriostramientos de la parte inferior del puente, lamentablemente no tomé ninguna fotografía, así que nos saltaremos este paso y presentamos el puente sobre los estribos (que vienen impresos cada uno en una sola pieza) para ver el efecto (Imagen 8).

Imagen 8.- El puente, presentado sobre los estribos.

Pintura y texturas


Los paramentos de los estribos del puente real están enfoscados con mortero de cemento, que reproduje con la textura de Vallejo Tierra Oscura (ref. 26.218) que, además, tiene el efecto secundario de ocultar totalmente las líneas de las capas de la impresión 3D.

A continuación, los estribos y el tramo metálico recibieron dos capas de imprimación gris de Vallejo (ref. 70.601). El tramo metálico se pintó con 3 capas de Vallejo Metal Color Aluminio (ref. 77.701). El paramento de los estribos recibió varias capas de Gris Medio Titan Manualidades (ref. 902), y los remates en piedra, dos capas de Vallejo Model Color Ocre Marrón (ref. 70.856).

El resultado final puede verse en la Imagen 9:

Imagen 9.- El puente pintado y colocado en el módulo.

Relieve


Una vez fijado el puente en el módulo, procedí al tendido de la vía, balasteado y envejecimiento de los carriles. También se construyó un guardarail con varillas de Evergreen, que se extiende unos centímetros a cada lado del puente.

Hay quien prefiere resolver el relieve antes de colocar los puentes, pero dado que se trata de un módulo con una recta de 70 cm, el orden no importa demasiado, siempre que tengamos cuidado en no dañar el puente. En este caso, el puente recibió por accidente un brochazo de pintura verde destinada al cauce del río (Imagen 10). El cauce del río y su entorno se plantearon con 3 capas de cartón-pluma de 10 mm, que se recubrieron con textura de Vallejo Arena Gris (ref. 26.215).


Imagen 10.- Creación del cauce del río.

El río


El cauce del río, propiamente dicho, me pareció mejor crearlo con materiales naturales, ya que el Noguera Pallaresa discurre cerca de casa. Así que bajé al río, con un par de botes de cristal, una cuchara y un colador, y volví con una provisión de arena fina y piedrecillas, que seleccioné después por calibres con el pasapurés. Las orillas se formaron con dichos materiales, y situé piedras mayores en el centro y cerca de las orillas, así como un par de troncos arrastrados por la corriente. (Imagen 10). Todos estos materiales se fijaron con la misma disolución de cola blanca que se emplea para el balasto de la vía.

En un principio pinté el fondo en dos tonos de verde pero posteriormente, en vista de su aspecto antinatural, cubrí el lecho con arenilla fina de Busch, excepto el meandro bajo el puente, donde se puede ver el fondo pintado de verde oscuro, que simula una mayor profundidad.

A continuación llegó el turno de la vegetación: hierba electrostática de dos tonos, maleza y mechones en la misma orilla, que simulan cañizares. En un nivel superior, chopos. (Imagen 11)

Imagen 11.- La vegetación del cauce fluvial.

Y hemos llegado al punto culminante de esta entrada: EL AGUA. Actualmente, las diversas resinas acrílicas que se comercializan por varias marcas, han permitido un nivel de realismo en la reproducción de este elemento impensable en la época de los primeros maestros del modelismo. Animada por las increíbles fotografías que aparecen en revistas aspecializadas y en los sitios web de los fabricantes, me procuré un bote de Aguas Tranquilas de Vallejo (ref. 26230) y me puse manos a la obra.

Se nivela el módulo y se cierra el cauce en sus extremos con cinta adhesiva transparente. Se vierte la resina, despacio y con cuidado, hasta que forma una capa de un par de milímetros de espesor... ¡ y a dormir ! (este producto tiene un tiempo de secado de 24 horas).

A la mañana siguiente, cuál no fue mi estupefacción al comprobar que  ¡¡¡ el lecho del río parecía el fondo cuarteado del pantano de Talarn, cuando está casi seco en pleno verano !!! Parece ser que estas resinas penetran por todas partes, y yo había hecho oídos sordos a las reiteradas recomendaciones que aparecen en todos los foros de modelismo, referentes a dejar el fondo liso, pulido y sellado.

Evidentemente, no estaba de humor para tomar fotos de aquella m***da, así que nunca sabréis el aspecto que tenía. Sobreponiéndome al impulso de destrozar el módulo con el mazo de 2 Kg, vertí sobre el desaguisado una nueva capa de 2 mm de la susodicha resina, y volví a esperar una noche.

A la segunda mañana, la situación había mejorado, aunque el resultado no era demasiado alentador: en lugar de un fondo cuarteado, ahora tenía un fondo con toda la apariencia de embarrado, aunque la resina se había endurecido perfectamente.

Por tercera vez, repetí la operación con una nueva capa de resina, esta vez teñida con unas gotas de Vallejo Model Color Verde Oscuro (ref. 70.970) y vuelta a esperar.

A la tercera mañana, no salía de mi asombro al contemplar el resultado, que se muestra en las imágenes 12 y 13.

Imagen 12.- Un resultado totalmente inesperado.

Imagen 13.- Otra vista del río desde un plano elevado.

¿Qué había sucedido? ¿Cómo se había transformado la calabaza en carroza? (o el sapo en príncipe, o cualquier otra comparación que se os ocurra). El agua presentaba unas ondas perfectamente naturales, y bajo el puente fluía en un encantador remanso.

Sólo se me ocurre una explicación. Aunque los fabricantes publicitan que estas resinas son AUTONIVELANTES, esto no es cierto: siguen perfectamente todas las irregularidades del fondo (igual que hace el agua en el curso de un río). Así pues, como me había molestado en recrear perfectamente el cauce, con piedras, arena y otros obstáculos, me había ahorrado el tedioso trabajo de reproducir las ondas con pinceladas de resina.

Vosotros juzgaréis el resultado, pero a mí me parece ESPECTACULAR. Y no es mérito propio: ocurrió por accidente.

Hasta la próxima.
Salud y trenes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario